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Tony y su legado

Final del túnel

Ésta es, precisamente, la principal causa de los desacuerdos y las divisiones que se dan entre naciones y entre individuos. Tus intereses no coinciden con los míos, y por eso tu pensamiento y tus conclusiones tampoco concuerdan con los míos. ¿Cuántas personas conoces cuya manera de pensar, al menos en ocasiones, se oponga a sus intereses? ¿Cuántas veces has conseguido colocar una barrera insalvable entre los pensamientos que ocupan tu mente y los miedos que se agitan en tu corazón? Cada vez que lo intentes, comprobarás que lo que la clarividencia requiere no son conocimientos o informaciones. Esto se adquiere fácilmente; no así el valor para hacer frente con éxito al miedo y al deseo, porque, en el momento en que temas o desees algo, tu corazón, consciente o inconscientemente, se interpondrá y servirá de obstáculo a tu pensamiento.

Ésta es una consideración para gigantes espirituales que han logrado darse cuenta de que, para encontrar la verdad, lo que necesitan no son formulaciones doctrinales, sino un corazón capaz de renunciar a su programación y a su egoísmo cada vez que el pensamiento se pone en marcha; un corazón que no tenga nada que proteger y nada que ambicionar y que, por consiguiente, deje a la mente vagar sin trabas, libre y sin ningún temor, en busca de la verdad; un corazón que esté siempre dispuesto a aceptar nuevos datos y a cambiar de opinión. Un corazón así acaba convirtiéndose en una lámpara que disipa la oscuridad que envuelve el cuerpo entero de la humanidad. Si todos los seres humanos estuvieran dotados de un corazón semejante, ya no se verían a sí mismos como comunistas o capitalistas, como cristianos, musulmanes o budistas, sino que su propia clarividencia les haría ver que todos sus pensamientos, conceptos y creencias son lámparas apagadas, signos de su ignorancia. Y, al verlo, desaparecerían los límites de sus respectivas charcas, y se verían inundados por el océano que une a todos los seres humanos en la verdad.
(Anthony de Mello)

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Pufendorf debe esperar

-Mamá.
-Qué.
-Se están acabando los huevos de jirafa. Tienes que comprar más.
-¿Los huevos de qué?
-Jirafa.
Fernanda mira a Enrique al otro lado de la mesa. Se nota quién es dueño de cada extremo. A un lado, dos cucharas de colores, los Smacks de Kellogg’s, Spiderman y la princesa Leia con injerto de cabeza de Darth Vader. Al otro, apuntes casi terminados para los alumnos de primero. Aquino, Hobbes y Pufendorf en vena. Mañana van a salir de los saberes jurídicos hasta la mismísima coronilla.

-Mami.
-Di.
-¿Dónde estará ahora papá?
El crío se acerca al lado de los libros, las agendas, el portátil y el lapicero con plumas Dupont.
-Mamá, tienes que guardar el boli grande en la nevera.
-Sí, pero tú no vayas a tocar esto nunca, ¿me escuchas? Esto es para mamá, que lo necesita.
-Ya lo sé, mi amigo Félix dice que su padre también tiene uno, pero el boli no es azul.
-Es que los diabéticos somos muy chulos, hijo mío.
-Mamá, voy a apuntarte en la pizarra los huevos de jirafa.
-De acuerdo.

Suena un sonido.
-Tienes un mensaje, mamá.
La madre busca el móvil entre el remolino de papeles. Otro sonido le ayuda a encontrarlo de inmediato. Lee el mensaje atentamente. Es Nuria. Quiere que entre a Twitter para seguir a un no sé quién Paz, Gabriel o Miguel.
La llama directamente:
-¿Para qué tengo que seguir a ese hombre?
-Filosofía.
-¿Aún más? Que este año, guapa, tengo cursos de quinto también.
-Tú síguelo, que escribe cosas muy interesantes y te hacen reflexionar.
-Reflexionar deberían hacerlo otros más que yo.
-A ver, abre Twitter.
-Abro Twitter. Aquí te tengo. Seguidores… vale, ya está. ¿UPyD?
-Sí, señora.
-Voté a Olalla.
-Yo también.
-Te dejo, prenda, aún me queda Pufendorf.
-Yo mañana tengo guardia.
-Que te sea leve. Besos.
-Ciao.

Enrique agita la caja de cereales con fuerza. Su madre asiente.
-Hijo mío, ¿no te parece cruel descabezar a Vader y colocarle la cabeza al cuerpo de Leia? ¿Y la cabeza de la chica?
-Estoy haciendo pruebas.
La madre suspira resignada. Pero al rato sonríe. Pufendorf se queda para otra lección. Todos van a salir ganando, excepto la pobre cabeza de Leia y el cuerpo de Darth Vader.

Recomendaciones en Twitter

Antes de que este viernes toque a su fin, quería hacer un par de recomendaciones para Twitter.
¿Qué tal saber de todo un poco tweet a tweet? Para eso tienes a @Ubiquese, e igualmente puedes visitar su blog, el cual figura en mi blogroll con idéntico nombre. Estoy segura de que os gustará.
En segundo lugar, está @quintanapaz, para mentes extremadamente inteligentes. Creo que con estas dos tarjetas de presentación, ya está todo dicho. Buenas noches, y disfrutad del fin de semana.

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El sollozo de Boabdil (Alhambra)

Yo te sueño sin ser tu dueño, ¡qué osadía la mía!
Diamante en el sol inmerso, joya de estuco y yeso;
besos de azahar que se escapan de tus salones.
Y no puedo olvidarte, aquí en la lejanía;
en esta tierra apartada, rosa cúfica.
Mi nacarada estrella, a ti miro con alma enamorada;
déjame seguir soñando que te tengo, mujer rojiza.

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Madre e hija

Sierra

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